La supercomputadora SGI Altix, conocida como Nautilus, procesó millones de artículos de prensa, luego Kalev Leetaru y un equipo de la Universidad de Illinois estudiaron curvas, mapas y tendencias en los artículos de prensa. Los reportes se concentraron en dos tipos de información: el factor anímico -si los artículos reflejaban buenas o malas noticias- y la ubicación -dónde ocurrían los eventos y la localización de otros participantes en la historia-.
El equipo estadounidense se focalizó en los procesos que desembocaron en la llamada Primavera Árabe, según publicó BBC Mundo.
Tras estudiar los artículos de prensa, el experimento encontró cómo se iba deteriorando el ánimo popular en los días que precedieron a las rebeliones en Egipto y en Libia.
Para calibrar lo anímico, crearon una función de “exploración automática de sentimiento” centrada en adjetivos calificativos como “terrible”, “horroroso”, “bueno” o “agradable”.
En el caso de Egipto, el factor del sentimiento mostró una dramática caída a principios de 2011, justo antes de que se produjera la renuncia de Hosni Mubarak.
Una mirada atenta a la prensa hubiera permitido pronosticar la caída del ex dictador egipcio, aseguran los científicos.
Según Leetaru, un análisis global de los reportes de los medios acerca de Osama bin Laden también hubiera aportado importantes indicios sobre su localización.
Mientras muchos creían que el jefe de Al-Qaeda se escondía en Afganistán, la información geográfica sacada de los informes de prensa consistentemente lo ubicaban en el norte de Pakistán, donde finalmente lo encontró y mató un comando estadounidense.
